Sobre la dinámica de la transferencia Freud nos dice: “Al igual
que en el sueño, el enfermo atribuye condición presente y realidad objetiva a
los resultados del despertar de sus mociones inconscientes, quiere actuar sus pasiones sin atender a la situación objetiva. (...) Esta
lucha entre el médico y el paciente, entre intelecto y vida pulsional, entre
discurso y querer “actuar” se desenvuelve casi exclusivamente en torno de los
fenómenos transferenciales.”
Podemos decir entonces que para
Freud la transferencia misma es solo una pieza de repetición y la repetición es
la transferencia misma del pasado olvidado.. El agieren (recuerdo en acto) pone
un límite a la rememoración y será en todo caso la maniobra transferencial que
pueda realizar el analista lo que le permitirá sortear las resistencias y
transformar ese actuar en recuerdo.
Será Lacan en su seminario Los cuatro conceptos fundamentales del
psicoanálisis quien nos enseñe que “El análisis más que ninguna otra praxis,
está orientado hacia lo que en la experiencia, es el hueso de lo real” dirá también que es a partir de la
función de lo real en la repetición donde se discernirá la ambigüedad de la
realidad que está en juego en la transferencia.
Al introducir los conceptos de
Tyche y Automatón esboza un nuevo estatuto de la repetición, la transferencia
debe separarse de la repetición entendida como reproducción del pasado.
La rememoración, retorno de los
signos, lo sometido al principio del placer conduce al deslizamiento
significante, esto es la función del Automatón .En tanto que lo que aparece
como repetición es la Tyche, lo que aparece como el azar, entonces lo que se
repite no consistiría en la reproducción de lo ya vivido sino que se produce
como un encuentro fallido, insistencia de un resto que no puede ser ligado
simbólicamente.
A partir de una viñeta
intentaré ilustrar como pueden estos conceptos leerse clínicamente.
Ulises, un paciente que se dice
homosexual, trae a sesión una
clase de improvisación teatral que lo movilizó , relata: -Yo
me había vestido de Pai -¿de
pai? Interrogo -si, una especie de
parapsicólogo venezolano algo asi-,había varios personajes, pero él va a
dar cuenta de tres mujeres, por un lado; una motoquera a la que describe como
muy fálica, que habla procazmente, por otro lado una pobre mujer con un hijo en
brazos, quienes en cierto momento
comienzan a pelear entre ellas, a disputarse este bebé hasta que finalmente
ambas lo dejan tirado y se van juntas, en ese momento aparece una mujer árabe que va en busca de ese niño
lo levanta y comienza a acunarlo, él no sabe porqué se acerca a ella y se
quedan como conformando una familia. No entiende bien porqué se acercó a esta
mujer, le pregunto si puede
asociar con algo, dice: -con la
motoquera y la pobre mujer puede ser con mi hermana y mi vieja…con la mujer
árabe no sé por ahí en un momento previo ella había salido como en mi defensa,
todos me trataban de chanta por ser
parapsicólogo, pero no sé muy bien porqué me acerqué a ella-. Es una
mujer que puede alojar a un niño –es mi intervención.
En una sesión posterior llega
Ulises a su sesión, por la mañana temprano, me sorprende tocando directamente
el timbre en el consultorio, obviando el portero eléctrico y un par de minutos
antes de su hora, al abrirle la puerta me alcanza el diario que yacía en el
umbral , le agradezco y lo invito a pasar, pero tal circunstancia parece, le
permite deducir que yo no había salido aún a llevar a mis hijas al colegio, al
recostarse en el diván pregunta -entonces
está tu hija?- Le respondo - si,
y claramente perturbado pregunta- no es contraproducente?- -contraproducente? repregunto -si, para ella.. bah para mi!, cuantos años
tiene, donde está? -. Le digo que no puede
escucharlo si es eso lo que lo preocupa- visiblemente angustiado se sienta y
dice: -yo pensé que en este espacio solo estábamos vos y yo- le digo que efectivamente en ese espacio estamos él
y yo- pero comienza una serie de cuestionamientos que intento acotar diciéndole
que él sabía que yo tenía el consultorio
en mi casa y procurando que pueda pensar algo en relación a qué nena lo
perturba tanto, intento fallido ya que el paciente dice: -no
me puedo quedar me voy, no puedo seguir, prefiero que me avises y vengo cuando
estés sola, sino no sé….. ya
en la puerta pregunta -esta sesión te la tengo que pagar? –A vos que te parece?- Que
no-
afirma enojado –Lo hablamos la próxima
concluyo- Apunto al dejar esto abierto a que pueda formularse algo del orden,
que quiere el Otro de mi, y no quede aplastado por la certeza del goce del Otro
Cuál era la demanda de este
paciente, de qué se trataba este pacto que proponía? -prefiero
que me avises, vengo cuando estés sola- Como analista sabía que no respondería a
su demanda y no pactaría con su goce, pero mi propia angustia me llevó a hacer
mía la pregunta que Lacan
formula en el seminario de “la Angustia” ¿la angustia del analista es la misma
que la del paciente? Por qué no? ensayo una respuesta ; si la angustia es un
afecto se dará tanto en uno como el otro, si la angustia es una bisagra entre
deseo y goce nos orientará en relación al deseo del paciente tanto como al
lugar de goce del mismo. En tanto si emerge angustia en el analista en función
de tal, es que allí algo de una tensión entre deseo de analista y algo de la
persona se ha colado.
Escuchaba en su enunciación que “ella” no esté, era ella, alguien del
sexo femenino. Recordé que tiempo atrás se había colado en la sesión una voz masculina proveniente del
interior de mi casa lo suficientemente alta como para ser escuchada, esto no
abrió interrogantes en el paciente, ni fue resignificado después de lo
acaecido. Parecería que la
presencia de un hombre no molesta.
Esto queda confirmado a la siguiente
sesión cuando después de decir que si bien pudo pensar en su madre y hermana
como las mujeres que mas lo han jodido, no sabe si podrá continuar en este
espacio porque él había confiado en mi, por eso quería que le asegurara que no
habría nadie más en la casa cuando él viniera. Le digo que él puede elegir
venir o no , pero que en honor a mi ética no voy a prometerle eso porque sabe
que tengo el consultorio en mi casa y que si bien él viene en un horario en el
que mis hijas normalmente están en el colegio, existen eventualidades, y no
acostumbro a suspender sesiones por cuestiones domésticas.
-Ahora que decís esto, no se me ocurrió pensar antes
que también alguna vez puede estar tu marido-.
Finalizada la sesión dice…-vos
consideras que yo tengo que pagarte la otra sesión, no?--Yo estaba acá para
escucharte- fue mi respuesta. Paga las dos sesiones.
A la siguiente sesión dice que
habitualmente él se relaciona de a dos, que si hay una tercera persona se
incomoda, los ejemplos que trae son con su compañera de trabajo (una empleada
que funciona como madre en algunos aspectos) y en ocasiones en que intentó
incorporar a otra empleada, a la que rápidamente tenía que sacarse de encima
por distintos motivos - Parece que
hay una mujer de más intervengo -ahora me doy cuenta que hago siempre lo
mismo-.
Me pregunto, cuál será esa mujer
que Ulises necesita sacarse de encima? Cuando inicia tratamiento dicer ser gay,
aunque también dirá -el verdadero gay es el churrasco- –el verdadero
gay?interrogo- -sí así dicen, el vuelta y vuelta yo
nunca he sido penetrado-
y relatará en otras oportunidades que cuando es mirado por algún hombre -si le veo pinta de activo trato de
evitarlo-.
Ulises es el hijo menor de
un matrimonio compuesto por un profesional reconocido y una madre que en algún
tiempo ejerció la docencia pero abandonó para cuidar de su propio padre enfermo, -tenían
una relación rara-
dirá Ulises -creo que nunca pudo superar su muerte- . De su padre puede decir
que es con quien tiene más dialogo, pero siempre es a condición de que su madre
no esté presente, lo describe como sometido al capricho de esta mujer que hace
alianzas con su hija dejando siempre por fuera a los hombres,
De su hermana mayor dice:- cuando yo tendría unos once
años, a ella mi abuelo le daba plata, a mi no, entonces ella me ofrecía dinero a
cambio de que la franeleara - interrogado
sobre esto dice; -no sé que le pasaría, iba a un colegio
de monjas, sería un modo de saciar sus ganas sin correr riesgos, pero un día le
acabé en la mano supongo que fue la manera de acabar con eso. Ahora que lo
pienso yo en mis relaciones siempre estoy preocupado por acabar-.
Lacan nos dice que en ese nudo
gordiano que es la transferencia el sujeto busca su certeza, y nos recuerda a Freud:
“Lo que no puede ser rememorado se repite en la conducta”, esta conducta, para
revelar lo que repite se ofrece a la reconstrucción del analista.
Los interrogante que me plantea
esta transferencia insisten: Será
la madre, o su hermana en tanto mujer que lo habita la que debe sacarse
de encima?.
Ulises¿ “actúa” como gay para no
ser la sobra de una mujer?
Como analista apunto a ese lugar
donde persiste retenido en un goce.
BIBLIOGRAFIA
LACAN
: Seminario 11 “ los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”